Ejercicio, útil pero no inocuo en pacientes con hipertensión pulmonar

06 Mar 2012

El ejercicio supervisado dio buen resultado en el tratamiento de la hipertensión pulmonar crónica, aun en los casos más graves, aunque no sin riesgos, señaló un estudio.

La calidad de vida de los pacientes mejoró significativamente, incluida la distancia recorrida en seis minutos, el consumo máximo de oxígeno, la capacidad física, el pulso de oxígeno y otros parámetros de aptitud cardiopulmonar después del entrenamiento, comparado con los valores de iniciales.

Pero durante las tres primeras semanas de entrenamiento, casi el 14 por ciento tuvo una complicación. El 4 por ciento de esos problemas fueron graves, como un síncope y un presíncope.

Los resultados indican que el ejercicio en pacientes con hipertensión pulmonar (HP) es "una terapia adyuvante efectiva, pero no completamente inocua, y debería realizarse bajo supervisión", dijo en European Respiratory Journal el equipo del doctor Ekkehard Grünig, del Centro de Hipertensión Pulmonar Thoraxclinic, del Hospital Universitario de Heidelberg,Alemania.

El estudio incluyó 183 pacientes: 87 (47,5 por ciento) con HP idiopática o hereditaria; 46 (25,1 por ciento) con HP adquirida; 31 (16,9 por ciento) con HP tromboembólica crónica, y el 10,4 por ciento restante con HP por enfermedad respiratoria (n=11) o del lado izquierdo del corazón (n=8).

Al inicio del estudio, 18 pacientes (9,8 por ciento) tenían HP clase IV (el estadio más grave); 137 (74,9 por ciento) tenían HP clase III; 26 (14,2 por ciento) tenían HP clase II, y sólo dos pacientes (1,1 por ciento) tenían HP clase I.

Todos tenían la enfermedad estable y habían estado bajo tratamiento médico optimizado durante por lo menos dos meses antes del inicio del estudio.

Durante los siete días de la semana, las tres semanas que duró el estudio, hicieron por lo menos 90 minutos diarios de ejercicio en un programa especialmente diseñado para pacientes con HP. El programa se implementó en el hospital y la supervisión estuvo a cargo de fisioterapeutas, médicos especialistas en rehabilitación y expertos en HP.

Consistió en el uso de una bicicleta fija provista de un ergómetro y con poca carga, caminata, entrenamiento de grupos musculares con pesas de bajo peso y ejercicios de respiración.

A las tres semanas, los participantes comenzaron a hacer los ejercicios en sus hogares durante por lo menos 30 minutos diarios, cinco días por semana y durante 12 semanas.

Comparados con los valores iniciales, la distancia recorrida en seis minutos aumentó significativamente después de tres y 15 semanas de ejercicio (68 y 78 metros, respectivamente).

A las tres semanas, el 22 por ciento de los pacientes con HP clase IV tenían HP clase III (p<0,001), mientras que un 6 por ciento de los pacientes con HP clase III pasaron a tener HP clase II.

La mejoría tendió a ser consistente en las distintas clases funcionales y sus etiologías. Para los autores, el alcance de la mejoría varía según el estado del paciente al inicio del entrenamiento.

Los autores señalan que los efectos del ejercicio tras 15 semanas "estarían sobreestimados", ya que faltó información del 40 por ciento de los pacientes que no se presentaron a la última evaluación y que obtuvieron apenas un 10 por ciento menos de ganancia en la distancia recorrida en seis minutos después de tres semanas que el resto de los participantes.

El 14 por ciento de los 183 pacientes no respondieron a la terapia física (no obtuvieron más de un 5 por ciento de mejoría o recorrieron una distancia menor en el test de seis minutos después de tres o 15 semanas de entrenamiento).

Durante las tres semanas de entrenamiento supervisado en el hospital, 25 pacientes (13,6 por ciento) tuvo complicaciones: el 4,4 por ciento tuvo problemas graves, incluidos síncopes en dos pacientes y presíncopes en seis pacientes. A dos pacientes se les diagnosticó taquicardia supraventricular.

"No podemos excluir la posibilidad de que se produzcan otras complicaciones o que sean más graves cuando el ejercicio se realiza en el hogar", advirtió el equipo. En tanto, todos los pacientes reconocieron que el entrenamiento les permitió tener más conciencia de sus capacidades y sus limitaciones físicas.

El doctor Anton Vonk-Noordegraaf, profesor de neumonología del Centro Médico Universitario VU, Amsterdam, y que no participó del estudio, dijo por e-mail que los efectos adversos observados en el estudio "proporcionan evidencia de que (el ejercicio) puede dañar" a los pacientes con HP. Pero agregó que "le sorprendió" la inclusión de pacientes con HP clase IV, con disnea en reposo, en el estudio.

"¿Cómo se le puede indicar ejercicio a personas con disnea en reposo? La literatura sobre insuficiencia del lado izquierdo del corazón indica que ese tipo de rehabilitación está contraindicada en esos pacientes. Por lo tanto, me cuesta creer que los pacientes con HP clase IV hayan sido realmente pacientes con ese estadio de la enfermedad", comentó Vonk-Noordegraaf.

"Dado que los pacientes estaban en distintas etapas del tratamiento, no se pueden determinar los efectos del tratamiento", agregó.

El autor principal del estudio, Grünig, no respondió las consultas para esta nota. La Asociación Alemana de Hipertensión Pulmonar y Pulmonale Hypertonie e.V., Rheinstetten financiaron el estudio.